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Wednesday, October 02, 2013

Ese dinero se necesita en otro lado

Por: Javier Franco Altamar

Por supuesto que a estas alturas no se puede hacer nada, y toca dejar que los trabajos sigan adelante, pero no creo ser el único en pensar que algunas de las pomposas obras que avanzan en Barranquilla son innecesarias.

O de pronto no innecesarias del todo, sino que no eran tan urgentes. ¿Exactamente qué soluciona la ampliación a dos calzadas de la carrera 51B entre la Circunvalar y la calle 87, que se ha promovido como una obra de conectividad soportada en los recursos de la Valorización?

Se verá elegante e imponente, no me cabe duda, pero mucho me temo que el cuello de botella, al menos en el caso del norte, no está allí, sino en otros sectores como el cuadrante de la salud, un poco más abajo, comprendido entre las carreras 46 y 50 y las calles 79 y 84, donde se forman unos trancones como para entrenarse en la virtud de la paciencia.

¿Por qué no se pensó en abrir algún camino por el Country Club para no tener que darle la vuelta con velocidades más bajas que la de un cortejo fúnebre? ¿No era más barato acaso? ¿Qué hay del terreno que hoy ocupa el Ejército en el barrio Paraíso?

De pronto era más fácil lo que se está haciendo ahora en la carrera 51B, pero si tocaba gastarse 23 mil millones de pesos, bien ha podido mirarse hacia muchas calles que le quitarían tráfico a las arterias, como el acceso al barrio El Silencio de la carrera 38, las vías que nutren al barrio San Felipe, las que cruzan la ciudad de lado a lado, como la 61 o la 64, la misma 42F, la carrera 50, pero por la iglesia del Carmen, las que componen el cuadrante de la salud que ya mencioné, las vías de Los Nogales, tantas y tantas otras...

Y hubiera sobrado dinero para metérselo a diez parques y otras cosas que no alcanzo a mencionar porque el espacio se me acabó.

Publicado en ADN Barranquilla

Octubre  2 de 2013

La magia al servicio de la educación



Por: Javier Franco Altamar

La palabra magia remite a lo misterioso, a lo sobrenatural, a lo que se expresa en películas como las de Harry Potter, pero también a lo creativo, a la ilusión, a los efectos, al arte, porque la magia es eso, un arte, como la del pintor o del actor.

Como arte que es presupone, como bien lo explica Howard Gardner, los tres síntomas antecedentes de la experiencia de la belleza: lo interesante por inesperado, la “memorabilidad de la forma” y el impulso de volver a experimentar la ilusión.

Por eso, algunos de los hoy llamados ‘magos’ prefieren hablar de “ilusionismo”, una construcción artística que comienza con las técnicas y llevan al asombro de las audiencias pasando por los efectos y la composición, como dice el argentino René Lavand, el ilusionista al que le falta la mano izquierda.

La magia, entonces, no deja de ser una puesta en escena, un espectáculo que pone de presente lo imposible, lo que desafía nuestras lógicas de pensamiento, y, al menos en apariencia, va en sentido contrario a las leyes de la naturaleza. Es, en sí misma, una elaboración creativa.

Dada su construcción, el ilusionismo o la magia presentan unas enormes ventajas si le mira como herramienta comunicativa, y lo es por dos razones: es capaz de atrapar la atención sobre la base del asombro; y ella misma, en su elaboración, plantea unas claves que bien pueden emplearse para armar un discurso, es decir, usarla como metáfora. Pero vamos por parte.

La programación neurolingüística (PNL) enseña que el significado de la comunicación es la respuesta que se obtiene, y habla del concepto de ‘empatía’ o sintonía como la vía que facilita esa comunicación. La magia, por su expresión deslumbrante, atrapa la atención y, por esa misma razón, tiende puentes comunicativos muy eficaces.

Lo otro es que los conceptos mismos que construyen la magia, lo que ella representa, brinda las claves para enfrentar, de manera creativa e ingeniosa, los problemas o los retos dentro de cualquier ámbito. En mis propias clases, proyecto un video de René Lavand y su show tan particular, que desarrolla el efecto mezclándolo con historias, me sirve de apoyo en la medida en que  permite explicar las similitudes entre el ilusionismo como arte, y la crónica, el género expresivo artístico por excelencia: ambos se fundamentan en las técnicas, los efectos y la composición.

¿Estoy acaso nadando en aguas extrañas, forzando un discurso que no tiene nada que ver con la pedagogía? Yo creo que no, y la segunda prueba me la proporcionó en Santa Marta, a finales de septiembre, el conferencista Juan Pablo Neira, cuyo discurso motivador, igualito, si se quiere, al de Miguel Ángel Cornejo, Pablo Coelho o Walter Riso,  tiene una forma diferente de expresión de cautiva: empieza con un acto de magia, se construye a partir de un acróstico de virtudes y consejo a partir de la palabra “magia” y va mezclando ese mensaje con nuevos actos mágicos. Incluso, termina la exposición presentando un efecto de cierre.

“Gracias a su amplia experiencia en el mundo del Edutainment y a su gran afición por la magia desde hace más de 10 años, hoy lanza un novedoso concepto de conferencia show que logra de una manera creativa e impactante inspirar, ilustrar y energizar a su audiencia con temas de gran interés como el Marketing, Branding, Creatividad e Innovación en las comunicaciones”, dice la presentación de Neira. En ese sentido, sigue la línea de Curtis Zimmerman, quien hace algo similar en idioma inglés. En nuestro medio local se conocen las charlas sobre ‘La magia de las ventas’, que de vez en cuando dicta nuestro ilusionista Mario Manotas, conocido como ‘E-nygma’.

En todo caso, eso de Edutainmen remite a la mezcla entre educación y entretenimiento como herramienta de aprendizaje significativo, el concepto del teórico norteamericano David Ausubel, que plantea un tipo de experiencia  en el cual el estudiante relaciona la información nueva con la que ya posee, reajustando y reconstruyendo ambas informaciones en este proceso.

Sin embargo, el terreno está aún por explorarse en esa ruta específica de la educación. Se conocen algunas propuestas como la de la ‘Fundación Abracadabra’ de magos solidarios en España,  cuyo portafolios incluye ‘magia educativa’: “La magia es un camino divertido entre emociones que permite transmitir de forma eficaz, rápida y lúdica, los mensajes claves para nuestros niños o para colectivos en riesgo de sufrir violencia de algún tipo”, dice el  folleto de presentación.

Es un mensaje directo y claro: el ilusionismo, entendido como arte y herramienta está al servicio del educador, pero no por ello debe descartarse que, en algún momento, el docente no sea capaz de crear “momentos mágicos” a su manera. El hecho de relatar un cuento para hacer entender el mensaje puede lograr eso, como lo hizo Jesús de Nazareth con sus parábolas; o como lo hizo el Hermano Pablo por  más de 50 años a través de su programa ‘Un mensaje a la conciencia’: enseñanzas precedidas por un relato, normalmente extraído de la vida real.

Sea como sea, tener de presente la “magia” conduce a mirar las cosas de una manera más creativa, en desafío frontal a lo cotidiano y tradicional. Si tan solo uno como docente se preguntara cómo lo puede hacer mejor, esa sola actitud es capaz de conducir a un momento mágico, un momento creador.

Barranquilla,  octubre 3 de 2013

Wednesday, July 03, 2013

Telecaribe, a la espera de un gerente


Por: Javier Franco Altamar

A pocos días de conocerse el nombre del nuevo gerente de Telecaribe, vale la pena reflexionar acerca del tipo de dirección que se merece el canal y cuáles desafíos debe asumir.

Si bien el nuevo gerente debe despertar simpatías en el seno de la Junta Administradora Regional de gobernadores, no debe ser ese el único criterio para seleccionarlo, sino que debe ofrecer una afortunada combinación entre las capacidades para administrar (que no se recogen del piso) y los conocimientos en producción de televisión.

Lo último, se cae por su peso, equivale a decir ‘zapatero a tus zapatos’, pero eso debe acompañarse de unas condiciones mínimas para planificar y gestionar el canal como el buen negocio que debe ser, para que sea capaz de competir con buena programación y para que de alguna manera sea rentable y no dependa tanto de giros nacionales y de partidas departamentales.

Ese nuevo gerente debería de proponerse el diseño de una agenda de productos que expresen la riqueza de la región, pero que no por eso sean pesados, aburridos y excluyentes. Es pensar un poco más en las audiencias y un poco menos en cualquier antojo del que se sienta con poder para meter la mano.

Ese gerente debe ser escuchado, debe tener voz y mando para que llegue hasta donde sea necesario y logre convertir a Telecaribe en algo más fácil de manejar, una entidad donde las expresiones de cada grupo de interés sean sensatas y defendidas sólo en función del canal.


Hoy, en el Museo del Atlántico, los 19 aspirantes admitidos comparecerán ante la Junta: es la ocasión para que expresen sus intenciones, sus líneas de propósitos y lo preparados que están para poner el canal en la ruta soñada.

Publicada en ADN-Barranquilla
Julio 3 de 2013

Monday, February 25, 2013

La auténtica reina es la marimonda


Por:  Javier Franco Altamar

La marimonda tiene tras de sí toda una historia que conecta con lo antropológico, lo político y lo cultural, y aunque se vio reducida a una mínima expresión en la década de los 70, no se puede negar que ha ido creciendo en lo simbólico hasta llegar a ser lo que es: el disfraz más distintivo del Carnaval de Barranquilla.

Su origen, si uno escucha a los conocedores, tienen tanto de burla como de ingenio. Se habla de que es una antipática respuesta a la costumbre de nuestras élites de antaño de vestirse de entero para las fiestas.

Pero también se dice que fue una salida rápida para alguien que no tenía cómo hacerse un disfraz, y lo improvisó con elementos que tenía a la mano: ropa que se puso al revés, fundas y sacos sobre los cuales exageró los rasgos faciales. De allí los ojos grandes, las orejas de elefante y la nariz larga. La corbata es el sello de la burla en este caso.

El pito repelente se volvió su voz, y los movimientos similares a los de los simios le dieron el toque final: así quedó construida la marimonda, que fue sufriendo cambios, para bien o para mal, y ahora la tenemos vistosa, con chalequitos o con sacos, pero irreverente, con muchos colores, e incorporada, obligatoriamente, a todo lo que huela a Carnaval de Barranquilla.

Con ella ha ocurrido lo que muchas expresiones culturales: su pasado es lo de menos. Pesa más su presente alegre, el tonelaje de su simbología, la conexión con nuestro ADN barranquillero, mejor dicho: sus evidentes similitudes, a modo de caricatura, con nuestra manera de ser.

Todo eso le ha garantizado una inmortalidad que ni siquiera pasó por la cabeza de sus creadores.  Lleva una historia contraria al congo, que corre el peligro de ser recordado, en el futuro, como una estatuilla de oro. Eso sería muy triste.


Publicado 31 de enero de 2013
Diario Adn Barranquilla

La Felicidad, esa experiencia subjetiva



Por: Javier Franco Altamar

Resulta que según el último informe del Barómetro Global de Felicidad, en Colombia vive la  gente más feliz del mundo, y Barranquilla es la ciudad más feliz del país.

El generoso resultado, que debería movernos a reflexión, lo que tiende es a producir una andanada de críticas sobre el entendido de que tal dignidad se contradice con el hecho de que siguen campeando la pobreza, la inseguridad, la corrupción, y la violencia de todo tipo, es decir, están vigentes los problemas habidos y por haber.

La falla del planteamiento, creo yo,  es que pone la felicidad como lo opuesto a los problemas, cuando no tendrían por qué ser excluyentes. Mejor dicho, problemas tenemos todos, hasta los ricos, que vendrían a ser lo llamados a estar más cerca de la felicidad si de plata hablamos.

La clave, creo yo, es la forma en que cada cual se conecta con su realidad. Para algunos, irlos superando es un placer muy cercano a la felicidad. Y si vamos más lejos, lo que algunos tenemos por problemas, a otros de pronto no le parecen tales. ¿Cuántas personas se pueden dar el lujo de tomarse unas cervezas en la esquina bajo el palo de almendra? Cosas como esas pueden ser tenidas como suficientes para ser felices,  y de pronto, es lo que refleja el estudio.

La felicidad, según la RAE, es un estado de ánimo, una satisfacción, es decir, una experiencia estrictamente personal: una persona “se siente” feliz y ya, y eso es tan subjetivo como sentir calor o frío: pueda que dos personas estén compartiendo espacio y mientras la una está temblando, a la otra le parece que no es para tanto ¿Y cómo se hace?

Yo creo que quienes critican el informe tienen a “objetivar” demasiado a la felicidad a partir de ciertos referentes y no entienden cómo otros pueden sentirse felices con sus propios y subjetivos referentes.
Me acuerdo en este instante de Jane Chaplin, la hija de Charles Chaplin que vive en Cartagena. Una vez alguien le preguntó cómo una suiza (ella nació en Suiza) termina radicada en una ciudad que si bien es admirada por extraños, está llena de los más grandes problemas, como lo reconocen sus propios y sufridos habitantes.

“Esa es la cosa. En Suiza todo es perfecto, no ocurre nada, y eso resulta aburrido”, responde ella sin abandonar jamás su amplia sonrisa, porque nada le parece más placentero que tener problemas de los cuales reírse, es decir, los de Cartagena y los propios.

Publicado en ADN Barranquilla
23 de enero de 2013

Thursday, November 22, 2012

A sacarle provecho al raponazo: no hay de otra


Por: Javier Franco Altamar

Ahora que acabamos de perder con Nicaragua casi la mitad de nuestro mar territorial, lo único que queda es sacarle el mayor provecho a la situación, porque limitarnos a llorar sobre leche derramada, no tiene mayor sentido.

Eso lo saben el presidente Juan Manuel Santos y sus asesores. Por eso salió muy molesto en televisión a rechazar esa parte del fallo que nos perjudica, esa que luce absurda con nuestros cayos en medio de las aguas ya nicaragüenses.  No importa que no haya nuevas instancias porque ese fallo de la Corte Internacional de Justicia es inapelable, pero por lo menos tenemos un mandatario indignado. Nadie le hubiera aceptado un discurso de resignación, ni en chanza.

Que toca sacarle provecho también lo saben los estrategas políticos, porque suena muy bien pedir cabezas y echarle la culpa a alguien. No importa que se sepa que las renuncias no solucionan nada ni se va a recuperar el mar, pero eso es lo de menos: al caído caerle, hay que disfrutar los malos ratos del otro, caray.

Que toca sacarle provecho lo saben los ministros o funcionarios respectivos. No importa que no se vaya a hacer nada o que termine haciéndose mal, o que hacerlo sea una obligación estatal desde siempre,  pero es el momento de anunciar apoyos a los pescadores, acompañamientos de soberanía y planes de desarrollo para el archipiélago de San Andrés y Providencia.

Los adversarios del actual gobierno también lo saben, que toca tratar de hacer ver que la falla fue de Santos y su ministra de Relaciones Exteriores, y que esto es una muestra de lo mal que se manejan las relaciones  internacionales de nuestro país, así sepan, y lo tenga bien claro, que ni Santos ni su canciller fueron quienes decidieron acudir a La Haya, sino que recibieron un ‘chicharrón’ y lo que se dio, en la práctica, fue una coincidencia temporal entra la emisión del fallo y este cuatrienio,

También lo saben algunos periodistas: al tema se le saca provecho tocándolo por las ramitas, porque profundizarlo le quitaría la gracia. Saben que lo atractivo es estimular la polémica, llamar al uno, y llamar al otro, resaltar los absurdos, destacar que el mapa de Colombia ha cambiado y tocará explicarlo en las aulas, así se sepa que hay implicaciones más graves, mucho más graves.

Columna ‘Pura Franqueza’
Publicada en ADN Barranquilla
Noviembre 21 de 2012

Por un Macondo creativo

Por: Javier Franco Altamar

Edward de Bono, padre del pensamiento lateral, ha dicho que el solo hecho de detenerse a pensar en que puede haber una mejor manera de hacer lo que siempre hacemos, así esto se esté haciendo bien, es ya empezar a ser creativo.

Y añade que la creatividad corre peligro cuando nos entregamos a la rutina. Mejor dicho: la rutina, (‘costumbre inveterada, hábito adquirido de hacer las cosas por mera práctica y sin razonarlas’) es el peor enemigo de la creatividad.

Creatividad por excelencia la de algunos noticieros nacionales, que cuando ocurre algo para celebrar en nuestra ciudad (digamos, una estrella  más de Junior), comienzan el titular respectivo con un ingenioso e inigualable “Se adelantó el Carnaval en Barranquilla”.

Otra muestra de ese talento es bautizar de “macondiano” todo lo curioso que pasa por estos lares costeños. Los intelectuales dirán que eso es una simplificación. Se rasgarán las vestiduras porque usted, distinguido colega, el que emplea ese calificativo, no tiene ni idea del alcance del término y tiene un limitado entendimiento sobre la obra de Gabriel García Márquez, pero résteles importancia: el creativo es usted, y el otro es un loquito.

Un buen ejemplo de creatividad (y sobre todo, de una excelente lectura de la realidad) lo dan titulares como “luto en la música” cuando muere un músico; o “en las letras, el teatro, el deporte” o lo que sea cuando muere uno de sus exponentes. En sencillo: los demás creen que la muerte del personaje es la noticia pero usted, como buen creativo, sabe que la noticia es el luto.

Por eso me parece tan creativo eso de “consternación por masacre”, pues no cabe duda que la noticia es la consternación, y no la masacre.

Es creativo, por ejemplo, hablar de “plantón”. Déjele lo de “protesta, manifestación, marcha  o movilización” a los rutinarios del pasado.

Diga “según se informó”  cuando quiere atribuir la fuente, porque (y eso no tiene por qué saberlo el terrícola rutinario) la información también puede ser fuente de sí misma. Además: suena elegante.
Y ya lo dije una vez y lo repito como para que no queden dudas: cuando termine de dar la noticia sobre la muerte de alguien, diga “paz en la tumba de…”, así todavía el cuerpo esté calientito en la morgue del hospital: eso es ser creativo.

Columna: Pura Franqueza
Publicado en ADN Barranquilla
Noviembre 14 de 2012

Wednesday, October 31, 2012

De entornos y sarcasmos, a propósito del espacio público


Por: Javier Franco Altamar

Cuando se evaluar la gestión de un funcionario público, lo mediático, las simpatías, las antipatías,  mejor dicho, lo más visible  o impactante, suele determinar los rechazos y favores, pero detrás de eso suele haber mucho de pasional, poco objetivo.

Me ocurrió con una consulta hecha de rapidez por las redes sociales, y que asumí por curiosidad. En sus resultados queda muy mal parada a la secretaria de Control Urbano y Espacio Público, Diana Amaya, de quién elogian, por ejemplo, que ha sido capaz de ‘adornar’ nuestros entornos con vendedores estacionarios, quioscos, vehículos mal estacionados, avivatos de todas las calañas y varias otras perlas.

¡No hay que ser tan duros en el sarcasmo!: el tema de pronto no es de personas, sino de sistemas, de procesos que no son culpa de ella y que a lo mejor heredó. Diana es muy amable, se deja entrevistar y dio una muestra de su criterio, por decir lo menos, al reversar la orden de construir el coso distrital en plena zona urbana de Juan Mina.

Pero le dan duro, carajo, esos contactos míos. Dicen, por ejemplo, que se las monta a algunos, pero se las perdona a otros. Dicen que todos los días se aparecen nuevos vendedores en los andenes, pero se les deja enraizarse, esperando, de pronto, a que el problema se crezca y toque definir reubicaciones, y demás. Son ese tipo de cosas que ponen a correr los miles de millones a favor de algún contratista amigo, insinúan.

O también aseguran que, simplemente, Diana no se quiere dar mala vida: hay cosas más urgentes y rentables. Amenazar a un comerciante con cerrarle el negocio en la zona norte puede ser más provechoso que tirar abajo un quiosco o quitar una mesa en la calle 30. La naturaleza de quienes denuncian y presionan es distinta, también.

Pero a veces ni eso, agregan los otros: hay zonas públicas, parqueaderos, sectores al norte que terminan siendo escandalosos bebederos de personas con gran poder adquisitivo, y contra los que no pasa absolutamente nada, vaya usted a saber  las razones.

Son asuntos que se cruzan con los de otras dependencias, diría yo en defensa de Diana. Al Damab, si mal no estoy, le corresponde la contaminación auditiva de los carros con parlantes; la Secretaría de Movilidad tendría que entenderse con el caso de los camiones mal parqueados de los restaurantes y los desórdenes de algunos cruces. Y en el frente de la Policía de Tránsito, su ausencia en algunos sitios, estimula el irrespeto a las normas.

Yo creo que a Diana se le notó su talante cuando montó una especie de cacería contra los vendedores de camisetas y elementos alusivos a la selección Colombia por los días del partido contra Paraguay. No era para evitar, como me lo insinuó sarcásticamente otro contacto, que desde las esferas gubernamentales se fuera a pensar que Barranquilla había dado un giro hacia el Polo Democrático. No señor: era porque esos vendedores estaban haciendo de las suyas en el espacio público.

El problema es que con tantos otros problemas mucho más duros y complejos, se fueran contra algo tan efímero y vistoso, y lo hicieran con la misma energía y decisión que se pide en esos otros espacios que los barranquilleros hemos ido perdiendo poco a poco.

Columna Pura Franqueza
Publicada en ADN Barranquilla
Octubre 31 de 2012

Contra nuestros cerros, capacidad destructiva ejemplar


Por: Javier Franco Altamar

Puede sonar atractivo emprenderla contra las multinacionales por los daños a los recursos naturales y hasta pruebas podrían mostrarse; pero basta un paseíto por nuestros paisajes para advertir la triste verdad: la destreza destructiva de muchos de nuestros empresarios es capaz de producirle retortijones de envidia al más inescrupuloso de los depredadores ambientales.

Un ejemplo: con sus respectivos permisos o lo que sea, hay mucha actividad contra los cerros en busca de piedras, arena o espacio. Eso está haciendo más rico a alguien, pero, además de otras cosas, les están quitando una muralla natural a los vientos, cuando menos.

Un ejemplo: con sus respectivos permisos o lo que sea, hay mucha actividad contra los cerros en busca de piedras, arena o espacio. Eso está haciendo más rico a alguien, pero, además de otras cosas, le están quitando una muralla natural a los vientos, cuando menos.

No voy a examinar en vano el caso de las especies animales desplazadas por las máquinas, porque para algo debe servir habernos convertido en la especie dominante del planeta, pero abrirles paso a los vendavales que la naturaleza, en trabajo de millones de año, contrarrestó con montañas, es un lucrativo suicidio.

Los cerros, lo saben los especialistas, tiene un valor ambiental como suelos de protección, y cumplen una función ecológica de equilibrio de interfase entre el  medio natural y el espacio urbano construido, pero destruirlos no aparece por ninguna parte como una opción capaz de ser compensada, como puede ocurrir con una reposición de árboles, por ejemplo.

Incluso, los cerros permiten encausar las aguas, ellos mismos suelen ser fuente de provisión de corrientes, mejor dicho: son tan útiles e importantes que una cabeza medianamente instruida apreciaría su valor.
Pero, bueno, comprendamos al empresario involucrado y aceptemos su discurso: no se puede detener el progreso por cuenta de nostalgias indígenas ni tonterías de esas, y la gente no come de paisaje, como le escuché decir alguna vez a un dirigente gremial.

Es la postura individual y egoísta que algunos entienden como evolución del género humano. Ese empresario o ese ejecutivo que representa a la institución depredadora, le importa es el dinero, y toca entenderlo: así se lo indican sus lógicas. Que sus hijos y sus nietos se entiendan con vendavales y tragedias, que para ese entonces, él será un recuerdo difuso, candidato firme al olvido.

Columna Pura franqueza
Publicada en ADN Barranquilla
24 de octubre de 2012

Tuesday, October 09, 2012

Detrás de las cifras, una realidad palpita


Por.  Javier Franco Altamar 


Alguna vez, a través de esta misma columna, insistí en la necesidad de examinar bien las estadísticas para evitar entenderlas al revés o, lo que sería peor, llegar a conclusiones absurdas, por eso toca mirar con lupa el último informe del Dane sobre el desempleo en Barranquilla y su área metropolitana, e ir un poco más allá.

Ya se ha dicho que como en la encuesta se tiene como desocupados a quienes “están buscando empleo”, los vendedores ambulantes, limpiavidrios y maromeros de esquina, son tenidos como empleados, y resulta que esa informalidad no es un empleo en el sentido estricto de la palabra.

La última encuesta del Dane revela que la tasa nacional de desempleo fue del 10,5 por ciento en promedio, y Barranquilla aparece por debajo de ese promedio con su 8,7. La fiesta se viene abajo, sin embargo, cuando se observa que la informalidad es del 51,8 por ciento en todo el país, y que Barranquilla, con su 59,7 por ciento,  está muy por encima de ese promedio nacional.

Es un aspecto terrible, es cierto, pero hay otros que deberían ser tenidos en cuenta. Por ejemplo, de los últimos informes del Banco de la República se desprende que la industria local no está reaccionando con el TLC como se esperaba.

Por mencionar algo, las ventas externas de productos agropecuarios, alimentos y bebidas aumentaron el 24, 8 por ciento en julio pasado, pero es un comportamiento empujado por el aumento del 57,8 por ciento en flores; y el del 46,15 en ganado vivo. ¿Y la producción local para dónde cogió?

Lo peor es que esta producción local está siendo desplazada en los mercados internos por artículos de importación que entran ayudados por un dólar barato que, por esa misma razón, desestimula la exportación: tremendo lío.

De hecho, según el más reciente informe del Dane, durante los siete primeros meses de 2012 las compras externas del país crecieron 11,6  con relación al mismo período de 2011, estimuladas por el crecimiento de 7,9 por ciento en las importaciones de manufacturas, es decir, de producción industrial.

“Es un dólar que no reacciona ni va a reaccionar”, le escuché decir al analista Joseph Daccarett, que no sólo por estudioso, sino por productor, está en contacto permanente con el fenómeno, y sabe que una cosa son los empleos transitorios de la construcción, y otra, los puestos estables y duraderos que ofrece la industria.

El dólar quizás reaccionará en ocho años han dicho los grandes vaticinadores del país, porque las razones que lo abaratan se conservarán, como la inversión extranjera, que aumenta la cantidad de dólares el mercado y tiene al Banco de la República comprando por millones para frenarlo un poco. Y en Barranquilla se está dando gran parte de esa inversión.

Mejor dicho, para no complicar más las cosas, toca formalizar al informal para que se vuelva un agente dinámico en la economía local, y, por otro lado, estimular la innovación en el sector industrial para competir mejor contra lo importado, quizás con un apoyo estatal muy fuerte a la inversión en tecnología y conocimiento.
La tareíta no es fácil, en todo caso. O lo es si le ponen empeño desde los diferentes niveles del Estado.

Publicado en ADN Barranquilla
Octubre 3 de 2012

Publicado en ADN Barranquilla
Octubre 3 de 2012

Thursday, September 20, 2012

Silencio y rarezas de las esperas


Por: Javier Franco Altamar 

Todo el que pone a esperar, sus razones tendrá, pero cuando la espera se alarga sin justificación aparente, comienzan las suspicacias.

Pueden ocurrir dos cosas, que las explicaciones de los responsables muevan a  risa, o que ni siquiera se escuchen razones, lo que da tiempo para que se tejan toda suerte de versiones.

Por ejemplo: ¿qué está esperando la alcaldesa Elsa Noguera para escoger al alcalde de la Localidad Metropolitana? Hace mes y medio que la Junta Administradora Local le mandó la terna, y nada. Como el silencio es lo que impera y los celulares mandan a buzón, toca especular.

Para reírnos un poco, podemos imaginar que Miguel Ángel Ramos Escorcia, José Miguel Rodríguez y César Escalante Castro (los de la terna) están al mismo nivel de la maravilla extrema, y a la mandataria distrital le ha costado un trabajo enorme escoger entre verdaderas lumbreras.

Y por los lados del Departamento nos dan otro ejemplo: ¿qué están esperando los diputados para darle permiso al gobernador, José Antonio Segebre, para que le venda a la Alcaldía la antigua sede de la licorería? Dicen que están esperando unos avalúos y que ese tema no llegó con el debido tiempo para ser examinado en las sesiones.

Es una cuestión sencillita que podría ser aprobada en minutos, pero todo se complica. Las razones huelen raro, ¿qué es lo que esperan? Bueno, son dos situaciones tan distintas que parecen no tener nada que ver la una con la otra. ¿O será que tienen más en común de lo que parece?

Columna 'Pura franqueza'
Publicada en ADN Barranquilla
19 de septiembre de 2012

Circunvalar para sufrir

Por: Javier Franco Altamar

Más allá de sus problemas de deslizamientos en el tramo comprendido entre las carreras 38 y 46,  lo que se ve en la Circunvalar es el más hermoso homenaje al desorden, como para sentirnos orgullosos, si se quiere.

Y digo eso porque ese caos parece provocado por algún designio gubernamental,  porque no de otra forma puede entenderse que la hayan diseñado así, con retornos insólitos donde no debería haberlos, con policías y voluntarios que tratan de corregir esos enredos con conos y pitos que también atajan el flujo.

Se supone que es una vía rápida por la cual puede andarse a 80 kilómetros por hora, pero eso es imposible de cumplir porque unos buses verdes frenan cada 10 metros, imitados, de manera extraordinaria, por unas Dacias que, supuestamente, prestan un servicio ilegal.

Los puentes peatonales son muy bonitos e impresionan, pero no sirven para nada desde la perspectiva de los peatones. He visto a mujeres embarazadas cruzar la vía a pocos metros de esos puentes, y en ligero trote jalando a un niño con la mano.

Carros que hacen la U por encima del separador, bicicletas y carretillas en contravía, camionetas en zigzag, motocicletas que aprovechan cualquier espacio para irse adelante desafiando las leyes del equilibrio y camiones parqueados en el creciente cordón de bodegas.

Como casi no veo policías de tránsito (los poquitos que hay se estresan en la entrada al barrio La Paz) yo me supongo que la Circunvalar es un espacio habilitado adrede por las administraciones para que tengamos donde sufrir a placer.

Columna 'Pura franqueza'
Publicada en el ADN Barranquilla
12 de septiembre

Thursday, September 06, 2012

Les huyen a las obras ambientales


Por: Javier Franco Altamar 

Cada vez que veo un desastre ambiental como el de la ciénaga de Mallorquín, con su galopante deterioro bajo la complaciente mirada estatal, me preguntó qué ente satánico se impone para que esto sea posible.

Recuperar la ciénaga, según las asociaciones comunales y de pesqueros de La  Playa y Las Flores, vale 23 mil millones de pesos. Yo creo que si la intervención fuera de otra índole, digamos en infraestructura, hace rato que se hubiera hecho.

Quizás porque las obras de infraestructura generan mayor impacto visible. La cultura del cemento, dirán algunos; la de las grandes avenidas que se asocian con el progreso. Los contratistas ya saben cómo es el truco: o se gastan mucho menos de lo proyectado para quedarse con la gran tajada o hacen crecer la
cifra a través de un otrosí que nunca falta.

 La comunidad en general se disfruta el espectáculo inaugural que causa trancones, presidido por un gobernante en el umbral de la eternidad, pero recuperar una ciénaga no parece cuadrar con toda esta puesta en escena. ¿Quién se beneficiaría? ¿Cómo se muestra eso por los medios?

Por supuesto que aparecerán peces, vegetales y aves migratorias, pero ninguno de ellos vota. Las comunidades aledañas suelen ser apáticas a esas dinámicas electoreras y quienes más presionan son los ambientalistas, personajes alternativos, independientes, nada que ver con los barones políticos o las
 élites empresariales.

Como los grandes contratistas locales no tienen vocación ambientalista, tocaría traer extranjeros, que si bien nunca están exentos de tirar la'liga' a quien pone el 'ok' final, suelen ser ajenos a la política local. Eso complica un poco las cosas.

Y otro detallito: las obras ambientales son tema de largo plazo y se corre el riesgo de que los aplausos se los lleve un gobernante del futuro.

Publicado en ADN Barranquilla
Septiembre 5 de 2012

Es lo poco, pero parece lo mucho


Por: Javier Franco Altamar

Confieso que me asombra todo esto alrededor de la Valorización 2012, empezando con que su exhuberante promoción  parece no corresponder con el 4,7 por ciento que representa en las inversiones del Plan de Desarrollo a Elsa Noguera

Y me asombra porque con tanta publicidad, tanta presentación y tanta defensa, pareciera que fuese el ciento por ciento, es decir, la fuente principal, como si los malpensados tuvieran razón en eso de que si no pasa la V-12, nuestra alcaldesa se quedará sin obras que mostrar.

Sin lugar a dudas, la V-12 prevé obras monumentales: amplias avenidas para la conectividad, nuevos parques, arroyos asesinos controlados y las plazas que faltan en el Centro Histórico, pero defenderlas a capa y espada, haciendo parecer a los opositores del V-12 como enemigos de la ciudad, es una bajada de caña que desvía la atención.

Porque está bien que a nadie le guste pagar impuestos, pero el nivel de rechazo aumenta cuando el asunto se percibe como un "atraco". Entonces comienzan a flotar preguntas. ¿Cuál es el afán? ¿Por qué no se financia de otra manera si es tan poquito porcentaje frente a todo el paquete de inversiones? ¿Será que en realidad no hay plata?

¿Hay acaso algunos compromisos que cumplir con contratistas amigos? ¿Hay algún beneficio enorme para ellos disfrazado de beneficio para la ciudad? ¿Las ganas de sacar adelante las obras es para no pasar en  blanco? Prefiero creer que el diablo no tiene nada que ver con esto y que desconfiar envenena el alma.

Publicado en ADN Barranquilla
Agosto 30 de 2012

Monday, August 27, 2012

El coso es cosa seria


Por: Javier Franco Altamar

El Coso distrital se necesita, no hay duda, pero el tira y jala entre el Distrito y la comunidad de Juan Mina, donde se proyecta construir este albergue de animales callejeros, me mueve a algunas reflexiones que me gustaría compartir hoy.

Le escuché decir por la radio a la alcaldesa Elsa Noguera que la selección del lugar, en pleno corazón del corregimiento, se dio porque es la única zona rural del Distrito y debe quedar ahí por ley. Además, hay una vocación agropecuaria coherente con la situación.

La comunidad se opone a la construcción del Coso porque considera que se convertirá en un problema de salubridad. Mejor dicho: Juan Mina se siente como una gran cloaca urbana donde ya están el relleno sanitario y varias empresas contaminantes.

Y así como ocurre con la megacárcel, o con algunos proyectos de barrios donde tratan de ubicar a desplazados, la mirada distrital siempre es hacia los mismos lados: los más alejados posible de su pujanza central, y hasta se atreve a explorar a algunos de los pobres y vecinos municipios como Malambo y Galapa.

No se piensa nunca (de pronto estoy diciendo una barbaridad, pero tengo que decirla) en terrenos como los que fueron explotados por la histórica Cementos del Caribe, por ejemplo, muy cerca de los estratos altos. Y ni siquiera se contempla el área de expansión hacia Puerto Colombia a ver qué pasa: ¿estaré blasfemando acaso?

Yo creo que mucha gente piensa así y se siente, por eso, más motivada a  protestar. Se supone que un gobernante se debe a todos y no es para proteger y acomodar a algunos.

Columna: Pura Franqueza
Publicado en ADN Barranquilla
23 de agosto de 2012

La magia de las obras



Por: Javier Franco Altamar

Descubrir por qué algunas de las obras públicas tardan tanto en entregarse debe ser uno de los enigmas más entretenidos que existe.

Digo "entregarse" porque para inaugurarse basta con que agonice el periodo del  gobernante de turno para que él saque de su sombrero una ceremonia y su nombre quede eternizado en una placa.

 Pero más allá de ese detallito, está el avance de la obra, que al adjudicarse plantea un horizonte de tiempo, y por alguna razón que pertenece al reino de Harry Potter (digo yo) comienza a dilatarse en su ejecución y a sobrepasar, mágicamente, el valor original del contrato hasta al doble o al triple, si nos
 descuidamos.

 Ocurrió con los cinco espolones de Puerto Colombia, que ahora cuestan el doble y quedaron a la mitad.

 Pasó con la Plaza de la Paz, que iba a ser entregada, con algo de apuro, en diciembre, pero todavía anda en unos detalles finales que se extienden y se extienden... Y por supuesto, se necesitó de una adición presupuestal para saltar de los originales 4.160 millones de pesos a los 10 mil millones que terminará costando.

 Lo que está ocurriendo en el parque Suri Salcedo nos puede ayudar a entender un poco estos asuntos 'mágicos'.

La Policía y sus redes de apoyo lo están interviniendo para recuperarlo, y esperan gastarse, como mucho, 200 millones de pesos. Pero pocos días después de divulgarse esta iniciativa, el gobernador José Antonio Segebre anuncia 1.500 millones de pesos para lo mismo.

 Mejor dicho: si la Policía termina el Suri al costo que dice, hay un truco en peligro, porque la magia no existe: existen los magos.

Columna 'Pura Franqueza'
Publicado en ADN Barranquilla
15 de agosto de 2012

Thursday, August 02, 2012

Percepción y silencios


Por: Javier Franco Altamar

La inseguridad no sólo conduce a indicadores por cuenta de la sumatoria de casos, sino que puede medirse a través de percepciones. En ambas situaciones, sin embargo, los resultados deben examinarse con cautela.

Es que esos resultados dan hasta para llegar a interpretaciones absurdas. Por ejemplo, si en un Carnaval hay diez homicidios y en el siguiente ocho, se resalta el ‘descenso’ y se le oye decir al funcionario que “hubo dos muertos menos”, cuando en realidad hubo ocho más y ninguna resurrección.

Y en las percepciones puede darse que algunas vayan en contravía a los números.

Podría ocurrir, por ejemplo, que las cifras de homicidios vayan subiendo, y la percepción de inseguridad no sea tan mala. Y puede que eso responda a que los entrevistados ‘perciban’ esos muertos como ajenos o como víctimas de ajustes de cuentas. Los golpea, eso sí, el atraco callejero, que figura débil en los indicadores porque para contarlo se usan las denuncias, y muchas víctimas tienen la convicción de que denunciar no sirve para nada.

Sea como sea, ahí están los hechos, y los medios periodísticos no tienen más remedio que registrarlos si es que pretenden ser fieles con una realidad a la que, incluso, pertenece el absurdo analítico.

La percepción de las audiencias viene después, y se alimentará de esos resultados, de análisis y reflexiones. Los medios periodísticos podrían tratar de ocultar esas informaciones o suavizarlas con eufemismos, pero en ese caso estarían actuando como si fueran extensiones de alguna oficina de prensa estatal.

Columna: Pura franqueza
Publicada en ADN Barranquilla
Agosto 1 de 2012

Wednesday, July 25, 2012

El sofá infiel de Bordieu

Por: Javier Franco Altamar


En esto de la prohibición de bailes y verbenas hay unos aspectos que no se han examinado bien, o se ignoran adrede.

Por un lado, el remedio tiene un gran parecido con el del caballero que vendió el sofá porque comprobó que era el escenario donde su esposa le era infiel.

En el caso que nos ocupa, el problema que se trata de solucionar es la violencia. El argumento es que en los entornos de verbenas y picós se construyen escenarios de inseguridad, y la solución pasa por vender el sofá... ¡perdón!, por prohibir esos picós.

Salvo lo que ya comenté en un columna pasada relacionado con el poder de los altos volúmenes y con el cargamento de tradición, no veo en el picó algo distinto de un papel circunstancial que no alcanza a graduarse como causa.

De pronto la comparación cabría mejor para otra cosa, pero el mismo cuchillo que se usa para cortar un pastel de bodas podría usarse, tranquilamente, para degollar a la novia. En ese caso, la culpa jamás será del cuchillo, que es tan inocente como el sofá de la otra historia.

El otro aspecto se relaciona con lo que el sociólogo Pierre Bordieu concibe como los ajustes propios de las clases dentro de un espacio social, entendido éste como un sistema de diferencias jerarquizadas.

En este sentido, las clases que tienen la sartén por el mango tienden a excluir, con medidas, las prácticas de las otras que se les contraponen en el sistema: eso es lo ‘natural’, digamos.

No de otra forma se entiende que en el norte de la ciudad se den las mismas situaciones complicadas en torno a bebederos y altos volúmenes, pero que para allá ni siquiera se mire.

Publicada en ADN Barranquilla
Julio 25 de 2012

Wednesday, July 11, 2012

El egoísmo, eso que nos distingue

Por: Javier Franco Altamar

Si lo pensamos bien, lo que nos ha marcado siempre como especie dentro de esta naturaleza cultural que nos agrupa, no es la inteligencia, sino uno de sus resultados: el egoísmo.

Reflexionemos: cada quien jala para su lado, y salvo alguno que otro santo o filántropo, en la balanza pesa más el beneficio propio que el grupal. Sin embargo, es evidente que cuando los miembros de una comunidad actúan más en el beneficio general que en el particular, luce un poco más sólida.

Por eso es más sencillo de lo que parece entender al que vende el voto a cambio de unas tejas onduladas o al barón electoral que le apunta a ganador cuando expresa sus apoyos.

Esto se entiende mejor yendo a los extremos: en las comunidades de los grandes simios, hay un macho dominante, el más fuerte, y ese es el que tiene derecho a copular con las hembras. Y entre las arañas, hay una que se come a su pareja macho luego de copular.

Si estas cosas pasaran entre los humanos, resultarían insólitas, es claro, pero desde la perspectiva animal, se entienden como programaciones que garantizan el vigor y la prolongación de la especie: no es el individuo particular lo importante.

No puedo evitar, entonces, recordar la película ‘El planeta de los simios’ de 1968. En los estertores de la cinta, el doctor Zaius, defensor de la fe, atado y sometido, le dice a Taylor, el humano protagonista, algo como para pensar: “El hombre debe ser una criatura belicosa que batalla contra todo lo que lo rodea, incluso contra sí misma”, claro, porque es egoísta...

Columna 'Pura franqueza'
Publicada en ADN Barranquilla,
Julio 11 de 2012

Lenguaje de picó, juego de poder

Por: Javier Franco Altamar


De una forma o de otra, en algún momento de nuestras vidas, tenemos el sartén por el mango, es decir, el poder; y sea porque nos vino en suerte o porque lo ganamos, y una de las maneras que nuestra sociedad costeña ha encontrado para expresarlo es con la música a todo volumen.

El poder es control, y aunque no siempre viene por méritos, suele ostentarlo quien es capaz de vencer a otro. Una forma de vencerlo, según el entendido en algunos sectores populares, es someterlo, imponerle la música en altos volúmenes, ocupando, con el escándalo propio, todos los espacios del oído del otro (nada menos que uno de los cinco sentidos) para ni siquiera dejarlo pensar.

Los dueños de picós lo saben. O de pronto no lo saben, sino que les parece natural porque lo toman de una cotidianidad en la que cualquier oposición o reflexión es asumida como posición de sapo, de enemigo o de una persona rara en el menos peligroso de los casos.

Si sometiéramos a algunos dueños de picós a un análisis sicológico, encontraríamos otros detallitos: que poner música a todo volumen, como suelen hacerlo sacando el equipo a mitad de una calle peatonal, puede resultarles una terapia.

"Escuchar algo a mucho volumen nos obliga a no escuchar nada más, ni siquiera nuestros pensamientos para no recordar los problemas", me dijo un amigo sicólogo.

Y otra cosita: que usan la música para insultar o decir verdades con las letras de las canciones. Por eso, nunca deja de faltar en ellas la palabra 'cachón'.

Columna 'Pura Franqueza'
Publicada en ADN Barranquilla
Julio 4 de 2012