Thursday, September 20, 2012

En septiembre comienza a sonar 'Cielo de encanto'



Por: Javier Franco Altamar

En septiembre, comienzan a sonar en la radio los temas de siempre alusivos a la temporada de fin de año, y a esa lista se incorporó, en 1998,  uno muy barranquillero, grabado en la Cárcel Modelo.

Es ‘Cielo de encanto’,  que el músico Chelito De Castro les presentó a los integrantes del grupo Bananas en el penal donde ellos llevaban tres años recluidos.  Tom River (el director) Javier Weeber (arreglista), José Miguel López Fernández, Javier Echeverría (el cantante) y Jorge Enrique Ortega Orozco,  habían caído en 1995 con un cargamento de droga en los instrumentos cuando salían a una gira internacional en el aeropuerto Ernesto Cortissoz de Barranquilla.

Fue durante una visita de sábado. Chelito, con una vieja guitarra que le prestaron en la Cárcel,  interpretó lo que sería el coro de la canción. “…"Tu cielo tiene un encanto, se oyen pitos y sirenas, se alegra mi corazón, parara, parara, para...”

Primero se la cantó a Javier Echeverría. “Él comenzó por pedacitos. Yo la escuché  y dije: nojoda, qué vaina tan bacana”, recuerda el cantante, y se dejó seducir por la canción, que iba creciendo en cada visita, ya con todos los integrantes del grupo impregnados con el mensaje.

“Y fue quizás lo que nos motivó como que a despertarnos de ese letargo de vivir en medio de esa tristeza, de esa tragedia, donde no queríamos saber nada de la música”, dice Echeverría.

Fue así como se animaron a producir el trabajo discográfico ‘Bananas sigue siendo Bananas’ que se grabó,  con el aval del Inpec en la misma cárcel, en un pequeño estudio improvisado en la biblioteca del penal, con cartones de huevo para aislar los sonidos, y con  divisiones de madera acondicionados por los propios músicos.

El trabajo completo, con diez temas entre los que aparece ‘Cielo de Encantos’ salió comenzó a septiembre, luego de dos meses de producción en la Cárcel, y lo hizo para convertirse en éxito, sobre todo esa canción.

Chelito recuerda que  cuando iba a visitar a sus amigos de Bananas, escuchaba casi las mismas preguntas "Chelito, ¿cómo está la calle?” ¿Qué se siente? ¿Cómo está la gente? ¿Cómo se va a ver el fin de año?".

“En ese entonces, no habían construido la parte delantera de la Cárcel, sino que estaba era la pared y  se venían los patios. Entonces era muy fácil que la música de la vía 40, un carro con música a todo volumen, la escucharan ellos, o el paso de la Batalla de Flores. Solamente tenían que mirar para el cielo para imaginarse lo qué podía estar pasando en Barranquilla:

Siento el palpitar
De alegría en mi pecho
Bellos sones de mi tierra
Llegan con el viento
Emociones van,
Dulce mi lamento
Y en tu luna currambera
Bailan mil recuerdos
Una suave brisa
En el firmamento
De estrellas y luceritos
Que alegran mi pensamiento...

"O sea –continúa Chelito- tú te podías alegrar únicamente con lo que veías hacia arriba, era el mismo cielo que estaba viendo el resto de Barranquilla, y ese cielo era la única conexión entre la gente y el grupo Bananas".

El tiro le salió a varias bandas: la canción empujó la producción del resto del disco, eso representó trabajo para Bananas, presentaciones fuera del mismo penal con permisos especiales, la liberación de Bananas casi un año después por el reconocimiento al trabajo, entre otras cosas, y una canción que a pesar de ser el sentir de un interno de cárcel, parece un himno a la nostalgia, de cualquier barranquillero emigrante, y de ese que viene llegando y aplaude cuando ve la ciudad desde el avión, o desde la ventanilla del carro que lo trae por el puente Pumarejo.

Versión ampliada
Publicado en ADN Barranquilla
Septiembre 20 de 2012

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