Tuesday, July 10, 2007

Un peso pesado del periodismo

Algunos compañeros lo tildan de hipocondríaco, mamador de gallo empedernido, y modesto por naturaleza. Perfil de un barranquillero considerado uno de las personalidades más sabias en el tema boxeril.

Por Ramón Elías Anaya
Universidad del Norte


El personaje me da el “campanazo” de inicio y procede a responder mis inquietudes. Lanzo las preguntas una tras otra. Poco a poco voy entrando en calor y cuando voy tomando la confianza suficiente y estoy dispuesto a conectar, una llamada telefónica marca el final del asalto.

Nuevamente voy al ataque,Hola y cuando ya lo tengo listo contra las cuerdas, es un celular el que me impide culminar mi labor. ¡Lo salvó la campana! Al parecer, las interrupciones van hacer una constante en este enfrentamiento con
semejante pesos pesados del periodismo.

Ni manera de consultar a un especialista para saber como estuvo el combate, porque el “sabelotodo” de boxeo en Colombia, lo tengo al frente.

Me refiero a Estewil Enrique Quesada Fernández.

Por lo menos así lo califica Jorge Luís Pérez, periodista del “Nuevo Día” quien labora para el diario más prestigioso de La Isla del Encanto (Puerto Rico).

“Siempre que un peleador puertorriqueño va dirigido a enfrentar a un rival colombiano desconocido para mis pobres neuronas, mi costumbre es la de consultarle por correo electrónico al afable sabelotodo del boxeo... no tan sólo de su país, sino del mundo en general”.

Muchos no lo conocen, de su nombre poco se habla, y los que lo han oído, quizás ni lo hayan visto nunca. Por que si hay algo que caracteriza a este sabio del periodismo deportivo es que no nació para ser reconocido. Nació para que otros se inmortalizaran con sus artículos.

Maneja un bajo perfil, típico de un deportista colombiano cuando todavía no ha alcanzado la gloria. El reconocimiento lo rodea y lo seduce, pero él, con la misma técnica de un boxeador experimentado le saca el cuerpo y se cubre de sus ataques para agotar al enemigo; hasta que este se cansa de acosarlo.

Adolescencia
Su infancia sencillamente estuvo ligada a una sola cosa. El deporte.

Nació en el barrio Lucero, pero gran parte de su vida la hizo en San Felipe. Allí Participaba en cuanto campeonato de “bolaetrapo” se realizaba, e inclusive muchas veces armando sus propios equipos.

En compañía de su padre y tíos, asistía a la gran mayoría de actividades deportivas. Madrugaba para ver a Pambele levantar los brazos en donde le tocara defender su título. Sabía cómo formaba cada uno de los equipos del fútbol colombiano, como también el nombre de todos sus integrantes. Era Juniorista a morir, a tal punto que cuado perdía el equipo de sus amores, era muy común ver caer lágrimas de sus mejillas.

“Era de los “Junioristas” empedernidos, iba a ver los entrenamientos, pero la profesión te obliga a despojarte de todo eso.”

Desde antes de terminar el bachillerato (07-12-79) ya hacía periodismo.

“Entré en El Heraldo en el 80. Allí realizaba crucigramas deportivos. Recuerdo que una vez Juan Gossain me preguntó que si yo sabía de deportes. Le dije que yo sabía más de deportes que el mismo Fabio Poveda”. Risas…

Su gran dilema fue escoger una carrera que lo vinculara al campo profesional. Estewil no era un hombre de oficinas. Su inclinación siempre estuvo ligada a la parte humana, lo que lo llevó a estudiar Comunicación Social y Periodismo en la Universidad Autónoma del Caribe en 1980.

A nivel profesional

Después de culminar sus estudios universitarios, la carrera de Estewil empezaría a gozar de constates ascensos. Uno tras otro se fue vinculando a diferentes diarios en los cuales enriquecería sus conocimientos en el área deportiva.

En el Diario del Caribe permanecería hasta su cierre en 1991. Posteriormente ese mismo año entró a ocupar el cargo de Editor Deportivo Regional en el periódico de El Tiempo, convirtiéndose en el único periodista Colombiano que ha estado presente en las dos series mundiales de béisbol que han disputados peloteros colombianos.

También estuvo vinculado como corresponsal al “El colombiano” de Medellín y en la actualidad conduce programas radiales especializados en el tema boxístico.

En el trabajo

Solo cinco minutos separan mi reloj de las 10 de la mañana. Por la ventana de la sala de redacción, ubicada en el segundo piso de El Tiempo, se puede percibir que el individuo esta a punto de llegar.

Su apariencia es de un hombre callado y hasta serio, a simple vista podría parecer algo desubicado. Pero su personalidad demuestra todo lo contrario.

Entra con algarabía. De inmediato lanza comentarios burlescos y se establece en su puesto de trabajo de manera casual. Un espacio de menos de 2 metros cudrados el cual ocupa hace más de 10 años.

“Es una excelente persona, casi nunca lo veras de mal genio. No se cansa de mamar gallo. Todo el día se la pasa en esas ¡Pero háblale de cementerio y de clínicas pa que veas como se ajuicia!”. Carlos Javier Capela (Fotógrafo)

Viste ropa ligera y utiliza zapatos tennis. A Estewil hasta la sencillez se le nota en el modo de vestir.

Es de párpados caídos y ojos rasgados, y con su mirada pareciera que no le echara cuento a nadie. Pero qué va! Eso sí, la tecnología lo atropella.

“Para que dejara de utilizar el Tandy (donde se redactaban las noticias hace algunos años) fue un proceso. Dura casi dos años para acoplarse a un equipo, y cuando ya le esta cogiendo la caña, se lo cambian por otro más moderno, por que el otro se volvió anticuado.” Pedro Gutiérrez (Diagramación)

Al pasar los minutos los interrogantes sobre hechos e general comienzan a salir de cada uno de sus compañeros de trabajo.
Si bien su fuerte es la parte deportiva, Estewil es una figura que goza de gran credibilidad al momento de dar una opinión independientemente del tema.

“El todo te lo relaciona con un hecho que haya pasado ese mismo día. Tiene la facilidad de acordarse de datos específicos, como la hora, qué estaba haciendo, dónde se encontraba, con quién estaba, etc.” Afirma Álvaro Oviedo, compañero de Estewil.”

Su familia

Como padre, Estewil tiene dos facetas. O por lo menos así lo manifiesta su esposa Rosina Calderín, con quien mantiene una relación de más de 23 años (el noviazgo cambio a matrimonio hace un par de años), y de lo cual se derivan sus hijos Ronny (hijo adoptivo de Estewil), Estewil Jr. y María José.

“Él con los varones es bastante estricto, sus ojos son Estewil Jr. Pero desde que el no está (Bogotá), él baila al son de la niña”. (Rosina).

Le gusta el sancocho y el pescado. Poco se complica con la comida, en cualquier momento un arroz con suero puede convertirse en el pasaboca ideal.

Es adicto a la lectura. Le irrita el desorden y que le registren los papeles; pero poco hace por mantener organizado su escritorio.

“Estewil nunca ha tenido plata ni la va tener. Es muy modesto, hace las cosas por que le nace, es más tímido de lo que la gente cree”.

En su faceta de novio Estewil mostró ser discreto y bastante tímido. Según Rosina, daba mucha vuelta para decirle las cosas, aunque en momentos la sorprendía.

“El no ser tan lanzado fue lo que me llamó la atención”.

El presente
A sus 46 años Quesada pareciera tener tiempo suficiente para cumplir con facilidad y gran disponibilidad con todos sus compromisos laborales. Actualmente es presidente de la Asociación de Periodistas Deportivos del Atlántico (Acord Atlántico) y es vocal de la Asociación de Periodistas Deportivos de Colombia (Acord Colombia) desde el 2006. En diciembre de 2006 lideró la publicación del libro ‘Acord Atlántico, los pioneros’, con motivo de los 60 años de la entidad, una serie de notas deportivas de los asociados y de invitados especiales, encabezados por Gabriel García Márquez.

Argumenta que le falta hacer todavía mucho periodismo, y en mente tiene la publicación de varios libros.

Hoy su carrera continúa en ascenso y tiene muchos combates pendientes, y aunque la gloria sea el principal enemigo de los deportistas en Colombia, eso es algo que Estewil está acostumbrado a derribar.

Trabajo de examen final, primer semestre 2007

No comments: