Este es un blog orientado a la divulgación de las crónicas, reportajes y perfiles entregados como ejercicios en la asignatura "Periodismo IV" de la Universidad del Norte (Barranquilla)´. Allí también publico algunas piezas de mi autoría para el análisis en clases, en las que cuento con el soporte fotográfico del Gran Guille y el Samurai Berrocal.
Thursday, January 19, 2012
El Cantinflas del Concorde
Por: Javier Franco Altamar
Si hay alguien que le ha sacado el jugo a su disfraz de Carnaval es el soledeño
Jorge Lara García, que una mañana de enero se despertó con la idea de que sería ‘Cantinflas’ en un concurso de disfraces convocado por la Alcaldía.
“Ñércole, me casé con Cantinflas”, dijo Ana Barros, su esposa, cuando lo vio disfrazado por primera vez
Eso fue hace 26 años en su tierra natal, y aunque no ganó el primer lugar, empezó a ser reconocido por la graciosa caracterización.
Fue tanta la conexión con el personaje que no tardó en tomar una decisión crucial: permanecería disfrazado todo el año como estrategia de mercadeo para vender tintos. “A la orden, chula”, le dice a una muchacha y mueve las cejas hacia arriba una y otra vez.
Así llegó a la urbanización el Concorde de Malambo, y ahora ya nadie lo conoce con su nombre, sino como ‘El Cantinflas del Concorde’.
Y mientras caracteriza al personaje, baila tango y mueve las caderas. “Ay, Chavela, Chavela”, repite., y el puente queda tendido para vender.
“Ser Cantinflas me ha permitido sostener mi hogar y darles educación a mis hijos. Yasir, el segundo, está a punto de graduarse de abogado”, dice.
Pero no sólo vende tintos por las calles del barrio donde vive, sino que, con la misma indumentaria, a veces maneja motocarros de transporte colectivo, y cuando lo requieren, muestra su talento para representar al personaje en estaderos, fiestas y espectáculos de Barranquilla y el resto del Atlántico.
Está tan metido en el personaje, que toda su ropa tiene que ver con el ídolo creado por el cómico mexicano Mario Moreno: los pantalones a la cadera, los cargadores, las chaquetas negras, los sombreros y hasta los zapatos.
Cuando mejor le va es en Carnaval, porque hay monedas, propinas, reconocimientos, desfiles, aplausos, y él se la goza plena.
Publicado en ADN-Barranquilla
Enero 17 del 2012
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