Este es un blog orientado a la divulgación de las crónicas, reportajes y perfiles entregados como ejercicios en la asignatura "Periodismo IV" de la Universidad del Norte (Barranquilla)´. Allí también publico algunas piezas de mi autoría para el análisis en clases, en las que cuento con el soporte fotográfico del Gran Guille y el Samurai Berrocal.
Monday, August 27, 2012
Se metió a robar en un asilo, y se durmió
Por: Javier Franco Altamar
A las seis de la mañana, Arnold Rolong, el joven que se encarga del aseo en el hogar de ancianos, metió el trapero bajo una de las camas y sintió que tropezó con algo. Al agacharse, descubrió que era un hombre de unos 35 años que dormía plácidamente de espaldas, con la cabeza apoyada en un brazo.
Los ancianos ya estaban en el comedor y fueron alertados. Isaura Vega, compañera de Arnold, llamó a la Policía, pero la patrulla no llegaba. De manera que se arriesgaron. Arnold levantó la cama y entre él e Isaura dominaron al intruso golpeándolo con palos y lo inmovilizaron con una correa.
Luego lo sacaron al comedor y lo ataron a una silla. Allí fue golpeado a varias manos por algunos indignados ancianos y los propios empleados del hogar. Fue llevado a la fuerza hasta la terraza donde algunos vecinos se acercaron y se sumaron a la golpiza. La Policía llegó una hora después y se llevó al hombre, cuya identidad no había sido divulgada hasta ayer en la tarde.
Todo esto ocurrió ayer en el hogar de la Fundación Confrancianos, ubicada en la calle 36 No. 17-199, barrio La Unión. Se presume que el hombre entró por la noche moviendo una de las tejas del techo en el comedor y que se metió al cuarto buscando escondite bajo una de las camas mientras todos iban a dormir.
Luz Mila Meza, administradora del establecimiento donde son atendidos 35 ancianos, recuerda que a esa hora todos estaban pendientes de un nuevo integrante del hogar que se incorporaba con algo de nerviosismo. "Suponemos que el tipo se escondió mientras nosotros andábamos en esas y se quedó dormido
porque estaba muy drogado", dice ella.
Isaura Vega recuerda que el hombre (que estaba descalzo y tenía un pie hinchado como consecuencia, quizás, de la caída) no respondió ninguna pregunta y sólo pedía que no lo golpearan. Vestía dos pantalonetas y una camiseta, llevaba un cuchillo y una navaja que le fueron entregados a la Policía.
Todos celebraron que, por lo menos, el hombre no alcanzó a herir a nadie. "Se durmió por la gracia de Dios o por el orín de los abuelitos," bromeó la administradora.
Publicado en ADN Barranquilla
Agosto 22 de 2012
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