Por Javier Franco Altamar
El 70 por ciento de las personas encuestadas por ‘Barranquilla cómo vamos 2011’, pusieron la generación de empleo como el tema que más atención requeriría del próximo alcalde (o alcaldesa). Los otros son, en su orden, la calidad de la salud, el fortalecimiento de la seguridad y la calidad educativa.
La sugerencia en lo del empleo parece reñir con los últimos datos del Dane según los cuales Barranquilla es una de las tres ciudades con menor tasa de desocupación del país, con el 7 por ciento en el trimestre junio-agosto; y el 8,3 por ciento en el periodo septiembre 2010-agosto2011. ¿Cómo conciliar los dos datos?
El análisis puede explorar dos caminos. El primero, que una percepción no depende, exclusivamente, de las circunstancias individuales. En otras palabras, no se requiere estar desempleado para percibir que la ciudad requiere más empleos como condición de bienestar general.
“No hay nada ilógico allí, porque la percepción está orientada hacia las condiciones generales que se esperan de una ciudad. Una percepción de inseguridad, por ejemplo, va más allá de que uno haya sido víctima de un delito”, consideró Beatriz Eugenia Vélez Vengoechea, presidenta del Comité Intergremial del Atlántico.
Frente a esa generación de empleo, las sugerencias de los encuestados apuntan hacia la creación de empresas como acción más importante para el futuro alcalde (57 por ciento), y a estimular a las actuales empresas a ofrecer más empleos (49 por ciento de los encuestados).
“No se le dice nada más al Estado sobre las estrategias específicas porque se supone que él, a través de sus diferentes niveles, sabe cómo crear empresas o estimularlas”, observó Javier Restrepo, de Ipsos-Napoleón Franco, la firma encuestadora del estudio.
Y aquí entra en escena el segundo aspecto: que las estadísticas del Dane, a la luz del promedio general, no matizan el impacto de la informalidad en las cifras; y esa informalidad, según los imaginarios, “disfraza” la realidad del desempleo.
“Si el desempleo aparece más bajo, mucho de ello tiene que ver con el empleo parcial, individual e independiente, que si bien es válido dentro de una economía, implica problemas como el de la seguridad social, por ejemplo”, consideró el director regional del Sena, Jorge Luis Restrepo Name.
Existe informalidad cuando se lleva a cabo un negocio o actividad económica sin tener en cuenta las normas del Estado, como las de tener un registro mercantil, afiliar a los trabajadores a la seguridad social y pagar impuestos, entre otros. Por esa línea, el trabajdor informal está alejado de algunos beneficios del mismo Estado y de las diversas instituciones económicas.
En este frente, consideró Restrepo Name, el desafío es grande y hacia allá apuntan instrumentos como la Ley 1429 del 2010, o Ley de formalización y generación de empleo, donde aparecen diversos estímulos para quienes se hayan puesto en la ruta formal desde diciembre del año pasado.
Esos estímulos apuntan a una tranquilidad tributaria en sus primeros años, porque el elemento que más disuade es, justamente, pagar impuestos. Así, sólo pagarían el monto completo de la matrícula mercantil al cuarto año de estar funcionando. En los anteriores, pagarían sólo una parte de él.
Con el impuesto a la renta pasa algo parecido: arrancan sin tributar ni un peso en el primer año, pagan el 25 por ciento al tercer año, y va aumentando al tributo progresivamente hasta pagar la totalidad cuando ya tenga seis años, es decir, cuando el patrimonio esté consolidado.
En complemento, el Sena le viene apuntando a la formación para el trabajo de acuerdo con estudios de pertenencia, en el sentido de brindar programas en respuesta a lo que el sector productivo requiere; y lo otro es la línea de emprendimiento, que pretende generar ingresos.
En esta última, se acompaña con el desarrollo de una política de préstamos accesibles. “Ahí está el éxito de un país: que los emprendedores tengan acceso al créditos blandos, en condiciones muy favorables y puedan luego, en el camino, dar el salto a la formalización”, subrayó Restrepo Name.
21 de octubre de 2011
Publicado en EL TIEMPO
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